2 - Trance

En sus manos, una taza de chocolate repiqueteaba en el plato haciéndole imposible llegar a beberlo sin derramarlo.
- Puedes pedir otra cosa si no te gusta - Apuntó ella mostrando una amplia sonrisa con un cierto toque de inocencia.

No podía creerse lo que estaba pasando, pero empezaba a acostumbrarse, y a esperar cualquier tipo de acontecimiento, especialmente si iba a seguir acompañado por aquella extraña señorita que parecía no inmutarse por nada y cuya existencia parecía venir de la mano de las situaciones más pintorescas.

- Gracias...

- Mara. Me llamo Mara.

- Gracias, Mara. Yo soy Leo. 

- Eras Leo. Te suicidaste, ¡yo te vi!  -  afirmó ella en un tono infantil y sin perder la sonrisa -
Yo tengo infinidad de proyectos en marcha, y el caso es que necesito demasiadas vidas para terminarlos todos. Me frustra que necios como tú, utilizando estrategias más bien pobres y no muy originales, destruyan la vida que consideran que ya les sobra, en lugar de entregársela a otros, que tal vez se encuentran más necesitados de tiempo o recursos.
Es como cuando te compras un electrodoméstico y tiras el anterior porque no tenía las funciones del nuevo, aunque nunca las vayas a utilizar - Después de estas palabras, dibujó de nuevo su habitual sonrisa, y, tras unos segundos distraída en pensamientos aleatorios, prosiguió - Me pregunto si... ya que no quieres más tu vida... me la podrías regalar. Jan es un bonito nombre para ti, ¿te gusta Jan?

- ¿Es que no quieres ni que conserve mi nombre? ¿Qué le pasa a mi nombre? - murmuró Leo, todavía aturdido.

- Si quieres puedes conservar el primero, pero ese tampoco lo elegiste tú - respondió Mara.

Leo se encontraba ya en un estado de resignación suficiente para recostarse en la silla y esperar al siguiente acontecimiento, que no se hizo esperar:

-  ¡Policía! – No uno ni dos, sino al menos ocho agentes detenían a Mara y le instaban a ser detenido sin resistencia a él también.


No sé qué estoy haciendo aquí, pero me tranquiliza saber que después de responder a sus preguntas, y dado que no he hecho nada malo, podré salir.
A veces no sé si sigo vivo o ya estoy muerto, todo esto es demasiado confuso, pero debo admitir que  es difícil no tomarse a esta mujer como la señal que, de una forma u otra, estaba esperando.

2 comments:

  1. ¡Si nos dais de a tan poquito nos quedamos muy manija! ¡¡Esta buenísimo, de verdad que tengo ganas de seguir viendo que pasa!! :D

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  2. Prometemos un tercer capítulo más largo! :D

    Un abrazo!

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